La mejor forma de distinguir una buena producción audiovisual de una mala es fijarse en la iluminación. Es el parámetro que más se suele descuidar en la producción audiovisual, y resulta fundamental a la hora de que la imagen y el aspecto visual de las grabaciones sea excelente.
En la productora de vídeo Texel cuidamos enormemente este aspecto. Es verdad que las cámaras modernas pueden grabar en condiciones de poca iluminación. Incluso hacerlo bastante bien. Pero nosotros buscamos algo más que eso. Queremos deslumbrar con nuestras imágenes.
La iluminación más básica es la de tres puntos. Dos focos frontales (principal y de relleno) más un tercer foco trasero que actúe de contraluz. Este tipo de iluminación se utiliza muy habitualmente en entrevistas testimoniales, y en general para grabar a personas. Persigue conseguir una sensación de tridimensionalidad en la escena, separando al sujeto del fondo y consiguiendo una impresión de amplitud, aún en entornos reducidos.
El problema surge cuando hay que grabar grandes espacios, o maquinaria de grandes dimensiones o de dificil acceso. Es entonces cuando la experiencia del equipo de producción juega un papel fundamental.
Resulta bastante habitual contar con potencias de iluminación de entre 3.000 y 6.000 Watios. Focos que además de iluminar generan bastante calor. Los actores profesionales conocen bien esta circunstancia, y no pocos clientes se sorprenden al comprobar el calor que generan los focos.
Resulta también importante controlar el tono de luz que emitimos. Un foco puede dar una iluminación más blanquecina o más amarillenta (luz fría o luz cálida). Y el director de fotografía debe ajustar el tono de luz para conseguir el efecto deseado. Por ejemplo, en entornos técnicos solemos preferir luz fría, que da una imagen azulada, asociada a ideas como tecnología, innovación, etc. Para oficinas preferimos ofrecer una imagen más cercana, más humana, más cálida. Y por ello empleamos una iluminación con unos tonos más amarillos, ocres… que generen sensación de calidez, cercanía y confianza. Una buena iluminación distingue a un vídeo profesional.
Para modificar el tono de la iluminación, se utilizan unas especies de celofanes, denominados gelatinas, que se colocan en los focos, alterando el tono de la luz que emiten. Y por supuesto, la iluminación y aspecto visual del vídeo se retoca ampliamente en post-producción, en un proceso denominado etalonado.
En definitiva, tratamos de adecuar el tono y el aspecto de las imágenes al mensaje y a las sensaciones que queremos transmitir. Y para ello resulta fundamental contar con una iluminación potente y bien trabajada. Esa será la diferencia que distinga una grabación mediocre y de aspecto pobre de un gran vídeo, profesional y atractivo.
Y es es nuestro compromiso.
[yasr_visitor_votes size=»medium»]
1 comentario