La producción de audiovisuales nunca ha sido una tarea sencilla. El mayor reto al que nos enfrentamos en el desarrollo de nuestro servicio no es realizar una buena grabación, bien iluminada y con movimientos de cámara elegantes. Tampoco es sacar lo mejor de los actores, o de los trabajadores de la empresa. Ni siquiera el realizar una buena post-producción, por más que realmente es algo muy laborioso y delicado.
Pero no. El mayor reto es, sin duda, encontrar un buen enfoque para el audiovisual. Acertar con el planteamiento puede parecer una tarea sencilla, pero nada más lejos de la realidad. Es lo que va a determinar que todo lo demás (grabaciones, actores, efectos, narración) cumpla su cometido y consiga el efecto que se busca.
Si el planteamiento es erróneo, o confuso, o excesivamente ambiguo, el vídeo no conseguirá sus objetivos. Puede que pase sin pena ni gloria, o que aburra, o sencillamente que no genere en el espectador ninguna emoción ni deseo de saber más.
Pero un buen guión enamora, fascina y absorbe al espectador de tal modo que el vídeo no sólo resulta clarificador y ameno, sino que genera una corriente de simpatía y acercamiento entre el cliente y la empresa representada.
Ese es nuestro trabajo. Nuestras grabaciones y nuestra post-producción será impecables. Pero lo que más va a recordar su cliente es el contenido del vídeo. Y precisamente en eso somos especialmente buenos.
[yasr_visitor_votes size=»medium»]