Las cámaras deportivas.
Seguro que aunque no hayas oído hablar de las cámaras deportivas, o cámaras de acción como también se conocen, el nombre de GoPro te suena. Incluso se emplean sus micro cámaras en la realización de producciones audiovisuales para empresas o para spots de publicidad. Y es que el auge de esta compañía americana, ya con unos cuantos años a sus espaldas (desde el 2004 está dando guerra), en estos últimos tiempos ha sido tal que ya se asocia su nombre al estándar de esta industria dedicada a la tecnología en deportes y aventura y sus nuevos productos son una referencia para el resto de empresas de la competencia que copian muchas de las características de sus modelos.
El caso de GoPro.
Con una salida a bolsa espectacular, casi 4.500 millones de dólares de valoración el día de su lanzamiento, un crecimiento acumulado del 50% en tan sólo dos días de cotización y presentada a los inversores como una potencia mediática gracias a todo el contenido audiovisual generado por sus usuarios, esta compañía es el último ejemplo de «boom» tecnológico, que gracias al empuje de las redes sociales parecía que lo tenía todo a su favor para no convertirse en una nueva burbuja.
Sin embargo, actualmente GoPro no está en el mejor momento de su historia empresarial, y es que su modelo de negocio no está sorteando demasiado bien la crisis económica que ha golpeado el mundo en los últimos tiempos. Ya no tanto porque el precio de sus cámaras sea demasiado elevado (aunque ya se ha visto obligada en varias ocasiones a rebajar el precio inicial de las cámaras Hero), si no sobre todo porque, en gran parte gracias a su tremendo éxito, a GoPro le han surgido en los últimos años multitud de competencia, sobre todo de origen chino, que se venden mucho más baratas que las GoPro originales.
La competencia: Sony y los grandes fabricantes audiovisuales.
Si le sumamos además que no sólo desde China se han empezado a diseñar cámaras deportivas que le hagan la competencia a GoPro, si no que marcas de teléfonos móviles y de compañías tecnológicas con un tamaño mucho mayor, como Sony o Garmin, se han apuntado al carro de este nuevo mercado, tenemos un escenario donde la competencia es atroz, tanto en calidad como en precio. Detalles como que la última generación de teléfonos de Samsung y de Apple incorporen funciones de grabación de vídeo muy avanzadas (resolución 4k, estabilización de vídeo…) hacen complicado vender una cámara que «sólo» haga eso…
Claro que GoPro ofrece mucho más que sus cámaras: desde accesorios de todo tipo a su última gran novedad, los drones con cámara incorporada (esta vez sí, muy usados en los vídeos institucionales o industriales). La compañía intenta seguir siendo la más innovadora de todas, aunque lo tenga, cuando menos, complicado. En cualquier caso, para nosotros, los profesionales del sector audiovisual, es de agradecer que la empresa no quiera competir en precios disminuyendo la calidad (la gran demanda de nuestros clientes), sino que nos siga ofreciendo novedades e innovaciones. Aunque sus inversores parece que no opinan lo mismo, ya que los beneficios de la compañía bajaron bastante en el 2016 y sus acciones cada vez valen menos…
Para empezar, su nuevo modelo, Hero 5, ha tenido una acogida irregular, y su flamante nuevo producto, el Drone Karma fué retirado del mercado nada más ser anunciado, debido a graves problemas. (Y a la feroz competencia de los Drones Phantom e Inspire de DJI).
¿Logrará GoPro sortear este mal momento, o se convertirá en otra compañía que creció mucho, sólo para morir víctima de su propio éxito? Sólo el tiempo lo dirá, pero mientras tanto, lo único que podemos hacer es seguir disfrutando de sus nuevos productos… duren lo que duren.