Realidad virtual VS vídeo inmersivo
A todos nos suena la realidad virtual: ponerse unos cascos en la cabeza y sumergirte en mundos envolventes diseñados en 3D. Y navegar por ellos, y jugar, o interactuar con los elementos.
Te permiten experimentar esa inmersión en un nuevo mundo, lo que en los círculos técnicos se denomina Presencia: Estar en otro lugar. De un modo tan realista que tu cerebro apenas nota la diferencia.
Es una tecnología revolucionaria que trae numerosas aplicaciones, desde ocio, juegos, teleasistencia, reuniones, simulaciones, etc.
Pero la realidad virtual tiene un primo hermano: El vídeo inmersivo.
Es el futuro. Y un futuro muy cercano. Los sistemas que lo permiten están bajando rápidamente de precio. Un casco de realidad virtual de buena calidad, portátil y autónomo cuesta menos de 200 Euros (Oculus Go). Uno de extraordinaria calidad cuesta en torno a 300-400 Euros (Mirage Solo, Quest).
Se trata de vídeos grabados con una cámara especial, de 360 grados, que luego se reproducen en los mismos cascos de realidad virtual.
Diferencias entre realidad virtual y vídeo inmersivo
Aunque los vídeos inmersivos y la realidad virtual tienen en común algunos aspectos como sus numerosas aplicaciones y lo revolucionarios que pueden resultar, cabe destacar 2 importantes diferencias.
La primera diferencia es que en los vídeos inmersivos no se interactúa con el entorno. Al menos no de un modo tan masivo como con la realidad virtual, que en el fondo es como jugar a un videojuego. El vídeo inmersivo no deja de ser un vídeo. Puedes mirar en cualquier dirección y te sientes como dentro del lugar, viendo lo que se te muestra.
La segunda diferencia es que realizar un vídeo inmersivo resulta mucho más económico. Basta con realizar la grabación con una cámara de 360 grados y contar con una productora audiovisual que sepa cómo llevar a cabo este tipo de técnica en un vídeo corporativo (por ejemplo, el montaje tiene que ser muy relajado para no desconcertar al espectador, y hay que cumplir ciertas normas para evitar el mareo).
Vídeos corporativos inmersivos
En el entorno de los vídeos corporativos para empresas proporciona, por ejemplo, la ya citada sensación de presencia. Resulta ideal, por tanto, para visitas a instalaciones, fábricas, almacenes u oficinas. Y combinando todo ello se puede realizar un vídeo corporativo inmersivo que resulte espectacular.
Aquí puedes ver un ejemplo de vídeo corporativo inmersivo. Aunque no tengas gafas VR, puedes ver las instalaciones de la empresa en 360º arrastrando con el ratón durante la reproducción del vídeo corporativo desde tu ordenador.
Y es que el vídeo 360º supone una innovación para los vídeo de empresas y aporta un elemento diferenciador muy atractivo.
Imaginad una visita comercial a un cliente en la que le ofrecemos un casco de realidad virtual para realizar una pequeña visita a nuestras instalaciones, con una sensación personal de presencia ultra realista. El impacto está garantizado. Ve nuestras instalaciones, le contamos lo más importante de la empresa y se lleva una imagen tremendamente positiva de empresa innovadora.
¡Pero aún hay más! Podemos colocar el vídeo inmersivo en nuestra página web y que cualquiera con un casco visite nuestras instalaciones “como si estuviera allí”, viendo un vídeo 360º de tipo corporativo.
Además, los vídeos inmersivos se pueden ver sin casco, en un monitor normal, aunque obviamente pierdes ese factor de “inmersión”. Pero son vídeos que perfectamente pueden servir con un propósito más convencional y llegar a todo el mundo, tenga casco o no.
En definitiva, realizar un vídeo corporativo de tipo inmersivo ofrece muchas ventajas: innovación, imagen de marca, visita a las instalaciones con sensación de presencia, comunicación corporativa ultra realista. Pero es una tecnología que hay que conocer bien, para no caer en errores que arruinen la experiencia o mareen al espectador.
¿Pensando en hacer un vídeo corporativo inmersivo? Solicita más información a través del formulario de contacto.
Algunas claves sobre vídeos corporativos exitosos
Las claves para realizar vídeos corporativos con éxito, radican en la buena planificación y asignación de recursos. El primer paso es detectar claramente los objetivos del cliente. Después, gracias a la experiencia de Texel Filmmaking se detallan los demás aspectos; duración del vídeo, criterio creativo, simplicidad, recursos de grabación, edición y postproducción, etc.