Hablábamos hace poco del fenómeno del Lipdup, y de cómo este videoclip en secuencia única comenzaba a ser utilizado por las empresas para su comunicación corporativa. (Evidentemente, más con usos de imagen y de motivación a sus grupos de trabajo que como presentación corporativa ante clientes).
Hoy queremos mostrar este mismo concepto llevado al extremo. Aunque es un videoclip profesional de un grupo de música, representa muy bien las posibilidades del vídeo como fenómeno social (el clip lleva más de 7 millones de visitas en Youtube)
En el entorno de la comunicación corporativa, este tipo de acciones o de videos se denominan virales. Son campañas que por sus propias características, digamos… especiales, tienen la capacidad de atraer a millones de espectadores, que normalmente no verían nunca un vídeo de una empresa. Su principal uso es el reconocimiento de marca o el empleo en campañas muy concretas. (¿Quien no recuerda el «Amo a Laura»?)